Santo Domingo, D.N: Tras el desplome del techo en la discoteca Jet Set, entre las ruinas no solo quedaron escombros y fallecidos, sino también familias rotas, niños huérfanos y sobrevivientes marcados por un trauma profundo.
Ante este escenario, varias instituciones estatales han sido comisionadas para dar respuesta a una emergencia que ya no es solo estructural, sino humana. Supérate, el Ministerio de Salud Pública, Conani y el Gabinete de la Niñez (GANA) se han unido para ofrecer atención integral a las víctimas directas y colaterales, con especial énfasis en los más vulnerables: los huérfanos.
Supérate, que lidera esta comisión, informó que ya sostuvieron su primera reunión y que desde este miércoles comenzaron una jornada de visitas a los afectados para conocer de cerca sus necesidades reales. La tarea es titánica, pero urgente.
El Ministerio de Salud Pública, por su parte, desplegará un equipo de psiquiatras y psicólogos, no solo para atender a los heridos físicos, sino también para sostener emocionalmente a quienes cargan con el peso de lo vivido: familiares, rescatistas y sobrevivientes.
Pero la pregunta inevitable cae con fuerza: ¿Qué pasará con los huérfanos?
Conani ha respondido que activará todos sus protocolos de protección especial, incluyendo medidas como atención residencial, protección legal, registro de nacimiento, acogida temporal y, en casos extremos, procesos de adopción.
En medio del caos, el país empieza a tejer una red de apoyo. Porque si bien no se puede revertir lo sucedido, aún se puede hacer algo esencial: cuidar a los que quedaron vivos y devolverles, en la medida de lo posible, algo de esperanza.